domingo, 17 de julio de 2016

1607M[Ju]

Hace tiempo no hago un anuncio de alguna novedad venidera dentro del blog; El año pasado creamos una cuenta en Spotify (que incluso está verificada y donde por cierto nadie nos ha seguido) donde encuentran varias listas de reproducción, las primeras tres temáticas y el resto hechas para resumir lo que se presentó en 2015.
El hecho es que hemos estado preparando listas de reproducción con el contenido recomendado en las primeras dos dosis, AMS01 y AMS02, y para evitar que nuestras publicaciones se pierdan entre la acidez de las redes sociales apartaremos una entrada para insertar la lista de reproducción.

Aún evalúo la opción de abrir una cuenta en Deezer, creo que sería oportuno tener una alternativa para compartir listas, el punto en contra es que duplicaría el trabajo. Otra cuenta con la que se debe contar, es una cuenta en Bandcamp, que incluso ha probado ser mejor fuente para descubrimientos que Soundcloud, aunque este último recién lanzó la modalidad descubrimiento que vale la pena revisar. 

En fin, los planes a medias son los que ahora nos caracterizan. Pueden seguirnos en Spotify, en la barra de la derecha, justo debajo del enlace a Soundcloud, encuentran un gadget que le permite seguirnos de una.




Junk
Artista: M83
Clasificación: Álbum
País: Francia
Fecha de lanzamiento: 160408
Sello: M83 Recording Inc. / Naïve Records
Stream
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Primera escucha: Sé que M83 es el proyecto de Anthony Gonzalez y mi intención no es confundirlos al colocar la imagen de artista que pueden observar dentro de la combinación del marco y portada de Junk. A quienes pueden observar es a los integrantes de la banda con la que actualmente Gonzalez (cuarto de izquierda a derecha, con la frente en alto) está de gira.
Coloco la imagen del grupo completo porque a eso es lo que suena M83 en esta producción, y en la mayoría de su discografía, a un conjunto con una sólida determinación hacia lo que quieren y, en este caso especialmente, lo que no quieren lograr. Similar al caso de St. Lucia en recurrir a personas de confianza, y quizá en este aspecto Anthony tenga que aprender de Jean-Philip Grobler a dar algo más de crédito. 

Mucho se ha hablado de la notoria disparidad entre Junk y el proyecto anterior de M83, Hurry Up, We're Dreaming, y es que es imposible para todo aquel que lo haya escuchado reproducir Junk sin pensar un momento de que este mismo proyecto es el responsable de una de las producciones mejor ejecutadas de los últimos años. No menciono esto por decir que Junk está mal ejecutada, para nada, los argumentos son claramente planteados y dan como resultado un muy interesante y productivo ejercicio de relajación para su creador.
Después de ponerse bastante serio con las producciones (la épica ejecución de Hurry Up, We're Dreaming entre 2011 y 2012,  y un par de bandas sonoras, como la de Oblivion (2012), del mismo director de Tron Legacy y con Tom Cruise en el protagónico), Anthony Gonzalez ya no quiere complicarse, y qué mejor forma de expresarlo que con un vídeo que consiste en la cabeza flotante de un perro cuyo hocico se mueve sincronizado con la letra, al mejor estilo de un protector de pantalla de Windows 95. 




No es que sea el vídeo oficial pero no es tampoco aquel vídeo de Midnight City, donde se nos presentaba la historia de niños con habilidades sobrehumanas, con efectos especiales y todo. El sesgo está hecho adrede, dando la idea de que todo fue improvisado, de que cualquiera puede hacerlo, y es que a Gonzalez ya le cansaba cargar con el hito de la última producción. Paradógicamente, que el álbum sea visualmente austero no significa que lo sea conceptualmente.

¿Y qué hay de la música? En el aspecto clave no hay descuidos y es donde podemos decir con toda seguridad que Junk es un digno sucesor de Hurry Up, We're Dreaming y, en ciertos casos, hasta análogo. 
Para liberarse de la presión, se opta por colaboradores, artistas cuyos trabajos M83 ha seguido; Mai Lan, la más recurrente y quien participa de lo más enérgico y también de los momentos emotivos, Susanne Sundfør, quien lo acompañó en la banda sonora de Oblivion, la muy puntual Walkway Blues con Jordan Lawlor, y, el ahora cotizado, Beck, con quien la producción explora un territorio interesante, rosado en la superficie en otra pista (Moon Crystal). 

Las primeras tres pistas enganchan lo suficiente como para reproducir todo el álbum en busca de repetir esos momentos. No se puede menospreciar a pistas como For The Kids, Solitude o Sunday Night 1987 (además de otras) cuyo desarrollo se expande para dar lugar a momentos de genuina contemplación y son las que verdaderamente dan pauta hacia la linea musical del álbum, sin embargo carecen de la presencia y explosividad de la introducción, lo que podría significar que se malinterprete la producción como unas cuantas pistas interesantes y un montón de relleno ochentero.   
Incluso Bibi the Dog, la pista donde ocurre la transición del ímpetu del inicio y el resto que requiere de mayor atención y donde podría pensarse está el punto más vulnerable, está pensada como un corto circuito.




Vaya forma de liberarse. A pesar de las limitaciones que se plantea, M83 imprime su sello de carisma dentro y fuera de lo musical, creando sinergia en la ejecución. Podrá aparecer nada más el nombre Anthony Gonzales, pero se las ha ingeniado para que percibamos a M83 como todo un conjunto capaz de hacer magia.

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